miércoles, 7 de octubre de 2009

CONSERVACION

En la primavera y el otoño hay siempre abundancia de flores mientras que en el verano e invierno las cantidades son limitadas. Consecuentemente, es prudente conservar follaje u hojas para utilizar como material de fondo durante los meses de escasez, y para suplementar las pocas flores disponibles las que se pueden emplear como elementos focales de un arreglo.
Existen muchas formas de secar o conservar material de plantas, pero el método que se menciona aquí es el más simple y de mejores resultados para los principiantes.
Mezcle una parte de glicerina con dos partes de agua tibia; vierta aproximadamente 5 cm de esta mezcla en frascos y coloque en ellos tallos del follaje de manera que absorban la mezcla preservante. Las ramas con follaje interesante tales como hojas de níspero, de aspidistra, las hojas de la camelia, del laurel, de la magnolia, del viburno, roble y haya cobreada, o cualquiera otra mata u hoja con textura fuerte y fibrosa, son particularmente adaptables a este método. Las hojas del roble y de la haya cobreada pueden ser guardadas en cajas de cartón entre eapas de papel absorbente.
El tiempo que deben ser dejadas las hojas en el líquido para preservación difiere según el tipo de material; sin embargo, se ha determinado que una semana es suficiente para el caso de ramas con hojas pequeñas y de 2 a 3 semanas para las hojas de apidistra y níspero. Uno de los más interesantes aspectos del arte floral es el de reunir material de fondo y otros "materiales varios" de manera que sus arreglos reflejen su propia personalidad. Espadaña, lampazo, cebada, trigo y el césped ornamental también pueden ser utilizados. Simplemente arránquelos, ate en manojos, envuélvalos en papel para conservarlos libres de polvo y cuélguelos en un lugar seco hasta que los necesite.

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